Cómo los países se venden al mundo

Es inagotable y reiterativo calificar a Internet como el espacio global y, para muchos, más democrático de tráfico de información.

Todos los días somos testigos de cómo las instituciones públicas y privadas se están perfilando como marcas, incluso hasta las mismas personas. Las redes sociales han vitalizado y replanteado las estrategias de marketing presentando como vendibles a atributos que hasta hace poco no tenían ninguna visibilidad.

Muchas ciudades y países han entendido esta dinámica y han sabido fortalecer su imagen sacándole provecho a la viralidad de las redes mediante campañas novedosas. Este nuevo modelo permite a las ciudades y a los países darle coherencia a sus valores de marca, unificar objetivos estratégicos y definir la percepción de los mismos ciudadanos y el resto del mundo del lugar. En otras palabras, una campaña de una “marca país” fomenta la reputación de una nación e impacta en su desempeño político y económico.

El bajo costo de inversión, la rapidez y la efectividad de las redes sociales le han otorgado a las campañas escalabilidad, fácil transmisión, la posibilidad de ofrecer productos y servicios de valor y expresar identidad. Ventajas no menores si volvemos a situar todas estas acciones bajo el paraguas del marketing.

Países como Australia, España e Islandia son algunos de los buenos ejemplos de posicionamiento y mantención de comunidad en redes sociales. Chile tampoco se ha marginado de esta experiencia, sin embargo, aún no hay un empoderamiento claro y definido de acciones estratégicas en Internet.

Aquí van dos campañas interesantes que explican cómo dos ciudades europeas han entendido esta lógica exitosamente. Disfruten!

Japan – The Strange Country (Japanese ver.) from Kenichi on Vimeo.

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